La soldadura en electrónica consiste en la unión entre dos contactos para que fluya la corriente eléctrica entre ellos.
El cautín es una herramienta, eléctrica o a gas, la cual produce temperatura para fundir la soldadura, la que al estar fundida en estado líquido escurre entre los contactos a unirse. La soldadura puede ser estaño con o sin plomo, e incluye resina también conocida como flux. La función del flux es limpiar los contactos a unirse y bajar la tensión superficial de la soldadura en estado líquido para facilitar su escurrimiento.
La unión soldada entre los dos contactos debe ser resistente a las vibraciones, shocks térmicos y golpes. Para ello la unión debe lograr la cantidad suficiente de material inter metálico, compuesto por Sn (de la soldadura) y Cu (de los contactos), el cual se obtiene al calentar la soldadura adicionalmente 10 °C a 15 °C por sobre la temperatura de fusión. La temperatura de fusión es 183°C o 189°C en soldaduras con plomo, o 217° en soldadura libre de plomo.
La potencia del cautín es la capacidad de mantener su temperatura, enfriándose lo menos posible y recuperándola lo más rápido posible, para siempre producir el necesario material intermetálico, especialmente crítico en soldaduras secuenciales, y más aún en masas térmicas mayores.
Si la herramienta soldadora no es capaz de calentar adicionalmente a la fusión se produce la soldadura fría, típica falla en electrónica. Ello se evita con un cautín que tenga buena estabilidad térmica, lo cual dependerá de su potencia y diseño, con calefacción interna de la punta, con un calefactor PTC que baje su resistencia eléctrica (o aumente su corriente) al enfriarse por haber entregado calor para fundir la soldadura, y con un sensor que mida la temperatura en la punta controlándola con lazo cerrado respecto de la temperatura seteada en el caso de una estación soldadora a temperatura controlada.